El miedo a no elegir la mejor opción

Miramos para un lado y para otro, y cada vez la diversidad empapa nuestro día a día, también en el caso de la oferta académica. Esa diversidad nos enriquece y también nos da margen para elegir entre las distintas opciones, pero en ocasiones, la tanta diversidad nos confunde, nos agota y nos crea inseguridad.

Como padres y madres de estudiantes que en el presente o en un futuro cercano van a tener que tomar decisiones académicas, es importante dejar margen para que se sientan libres y tomen ellos/as la decisión, aunque también es relevante acompañar en el proceso. Acompañar no significa decidir, y tampoco significa que acompañar sea hacer al hijo/a que siga nuestro ritmo. Acompañar es adaptarse, escuchar y dar un feedback desde la distancia. En el mejor de los casos, acompañar también puede ser empoderar para que cada quien tome sus propias decisiones.

Empoderar para tomar las propias decisiones no significa dar trucos sobre cómo tomar las mejores decisiones, sino hacer sentir libre y responsable a la persona de sus propias elecciones, ya que toda decisión traerá consigo consecuencias más o menos de nuestro agrado con las que habrá que convivir. Por ello, el objetivo de este artículo no es hacer una lista sobre cómo tomar o ayudar a tomar decisiones paso a paso, sino hacer ver que el miedo, la frustración, el hecho de equivocarse… es una parte más de la vida, y que hay que desmantelarlo para no temer esa parte que siempre tratamos de evitar. Puede parecer que los siguientes párrafos den la sensación de que estamos haciendo apología del sufrimiento; esta no es nuestra intención, pero sí es la de hacer ver el sentido a ese sufrimiento causado por las dudas y la incertidumbre.

Primeramente, decir que vuestros/as hijos/as harán próximamente una elección en el ámbito académico, y sea cual sea esa elección, deben tener y también tú debes tener claro que seguro que habrá cosas que se ganarán y perderán, por lo que cualquier opción aportará aprendizajes, desde el acierto o desde el error, pero siempre habrá aprendizajes. Por tanto, lo importante no parece ser saber cómo superar el miedo creado por la incertidumbre en los momentos decisivos, sino  a soportar cierto grado de incertidumbre. Al igual que tener miedo ante la duda es normal, también tener dudas es lo más común, y es que como dice Fromm “el hombre/la mujer libre es por necesidad inseguro/a, el hombre/la mujer que piensa es por necesidad indeciso/a” (Fromm, 2005: 166). Además, una persona sensible y sin máscaras no puede sentirse constantemente segura, y es que las personas que se exponen a la realidad sin barreras, son tan capaces de experimentar la intensidad del amor y la solidaridad, tanto como la pena, el dolor o el sufrimiento. Además, decir también que la única manera de huir de dicho sufrimiento es siendo más insensibles y alejándonos tanto de los demás como de nuestros adentros mismos. Pero… ¿es eso lo que queremos?

Mencionar también que como dice Frankl (2005) también debemos aprender que los momentos difíciles son aquellos que nos brindan la oportunidad de crecer. Estos momentos difíciles de incertidumbre, suelen causar sufrimiento y frustración, pero es necesario naturalizar el sufrimiento, y aceptar que el sufrimiento por ende no es negativo, sino que todos/as tenemos un porcentaje de sufrimiento asumible que puede ayudarnos a desarrollar y madurar. Pero ahí, el rol como padres y madres puede sobreproteger al hijo/a para que no dude y sufra, y ello trae el mal hábito de no tener frustraciones y aprender a superar las mismas. Por ello, estamos de acuerdo con lo que menciona Frankl sobre el equilibrio de las personas y el dualismo de los dos polos necesarios para el desarrollo, puesto que señala lo siguiente: “Considero una concepción errónea y peligrosa para la psicohigiene dar por  supuesto que el hombre precisa ante todo equilibrio interior” (Frankl, 2005: 128). Por tanto, el sufrimiento más que ser una parte inevitable, es una parte necesaria, aunque igual de necesario es saber cómo manejar el mismo y buscarle un sentido para que se dé un desarrollo favorable de la persona.

Eduardo Galeano también defiende dicho discurso como puede verse de manera muy clara y sintética en los siguientes videos que te invitamos a ver:

Video 1

Video 2

Entonces, viene la hora de preguntarse por qué siendo el sufrimiento una parte más, una parte necesaria, válida y que nos ayuda a crecer, es a su vez un fenómeno del que huimos, y también ayudamos a huir a los demás. Aun y todo es cierto que esa ayuda que podemos brindar a otras personas para que salgan de una situación difícil puede darse, pero siempre tiene que darse en la medida justa, para que no se convierta en sobreprotección. Esto es algo que los padres y madres consciente e inconscientemente ponen en marcha muchas veces con sus hijos/as, y todo ello contribuye negativamente a un círculo vicioso del que es costoso salir. Aterrizándolo en el ámbito de las decisiones académicas, se podría decir que si sobreprotegemos a los/as hijos/as no ayudamos a que aprender a tomar sus propias decisiones, y a responsabilizarse de la alegría o frustración que puedan acarrear dichas decisiones. Para ver esto de manera más clara, hemos elegido el siguiente relato metafórico que creemos que puede ayudar a reflexionar sobre el tema:

LA METÁFORA DE LA MARIPOSA

Miriam encontró el capullo de una mariposa. Un día, apareció en él una pequeña abertura. Miriam  se sentó y observó durante varias horas cómo la mariposa luchaba, esforzándose para poder pasar a través de ese pequeño agujerito.

Miriam pensó que no progresaba, que la mariposa había llegado al límite de sus posibilidades y que no podía seguir avanzando; entonces, decidió ayudarla. Tomó una tijera y cortó el pedacito restante del capullo.

La mariposa, entonces, salió muy fácilmente. Pero tenía el cuerpo hinchado y las alas pequeñas y arrugadas. Miriam siguió observando a la mariposa, esperando que, en cualquier momento, las alas pudieran agrandarse y expandirse para poder soportar el cuerpo que, de un momento a otro se contraería.

Pero esto no sucedió; la mariposa pasó el resto de su corta vida arrastrándose con el cuerpo hinchado y las alas encogidas, y nunca llegó a volar.

Miriam no lo comprendía, en su buena intención y apuro por ayudar, que el obstáculo del capullo y la lucha necesaria para que la mariposa pudiera pasar por la diminuta abertura, era el modo en que la naturaleza obligaba a que el fluido del cuerpo de la mariposa llegara hasta sus alas para que estuviera en condiciones de volar, una vez liberada del capullo.

Tras conocer el relato, te proponemos las siguientes preguntas para reflexionar:

-. ¿Crees que en ocasiones has tenido ese comportamiento con tus hijos/as? ¿Para qué tuviste ese comportamiento en caso de haberte identificado? ¿Para qué te ha servido?

-. Piensa momentos difíciles en las que te sentiste inseguro/a que te hayan ayudado a madurar y crecer. ¿Qué aspectos positivos y negativos hubiese tenido evitar esa situación?

 

Para acabar, queremos proponerte otro ejercicio para que reflexiones tranquilamente; Y RECUERDA, NO HAY RESPUESTAS VÁLIDAS O FALLIDAS, lo importante es la sinceridad contigo mismo/a. El ejercicio consiste en leer varias citas, y escribir a continuación en el espacio que encontrarás debajo los sentimientos que te sugieren, si estás de acuerdo o no y por qué, etc. Escribir las respuestas puede ser interesante para ver la evolución y también porque ayuda a sincerarse más; además está en tu elección compartirlo o no.

CITA 1

“¿No estará errando la razón en cuanto a las ventajas? ¿No pudiera ser que el hombre/mujer no sólo ame la prosperidad? ¿Y no pudiera ser que el sufrimiento le aporte las mismas ventajas que la prosperidad?” (Dostoievksi, 2003: 98).

CITA 2

“Cualquiera de los distintos aspectos de la existencia conserva un valor significativo, el del sufrimiento también. Sin él la existencia quedaría incompleta.” (Frankl, 2005: 92).

CITA 3

“El hombre/la mujer sólo puede realizarse a sí mismo/a si está en contacto con los hechos fundamentales de su existencia, si puede experimentar la exaltación del amor y de la solidaridad lo mismo que el hecho trágico de su soledad y del carácter fragmentario de su existencia. Si está completamente envuelto/a por la rutina y por los artilugios de la vida, sin no puede ver más que la apariencia del mundo, hecha por el hombre y acomodada al sentido común, pierde su contacto con el mundo y la percepción real de éste y de sí mismo/a.” (Fromm, 2008: 124).

CITA 4

“Puede que realmente haya sufrido en alguna ocasión, pero no tiene respeto alguno a su propio sufrimiento.” (Dostoievksi, 2003: 102).

 

BIBLIOGRAFÍA

DOSTOIEVSKI, F. (2015): Memorias del subsuelo. Ediciones Cátedra. Madrid.

FRANKL, V. (2005): El hombre en busca de sentido. Herder Editorial. Barcelona.

FROMM, E. (1947): El miedo a la libertad. Editorial Paidós. México.

FROMM, E. (1956): Psicoanálisis de la sociedad contemporánea. Editorial FCE. México.